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La utopía o la insoportable permanencia de la vida. Hay cosas a las que no podemos renunciar por más desesperanzador que sea el panorama, aún en el descrédito absoluto de lo humano. Salirse de órbita es una posibilidad recurrente del calendario y el imaginario es más poderoso que cualquier situación. La vida es real dicen, pero qué tan real es la banda que sostiene el instrumento con el que se ejecutan los sueños de un ser complejo. Qué tan reales son los signos y símbolos de una sociedad no sólo de contrastes sino también contradictoria. No hay intención de escritos profundos ni concienzudos. Este es un espacio de collage y de relación; no con los otros, no por lo menos de esa manera de mensajes y contactos; con el objeto sí, con el reducto talvez, mientras la vida sigue y es relación.


lunes, 28 de junio de 2010

los sapos de la bañera

Los sapos de la bañera me esperan
Cargados de veneno a endulzar mi descanso
Mientras tú viajas a la tierra que soñaste
A un trance verde, colectivo y tóxico,
Como los sapos en la bañera,
A purgar y a preguntar
Por dónde ir, a quién llevar,
Para que nos vaya bien,
Como en todas las religiones,
A bendecir y a limpiar
Ese cuerpo contaminado,
Con alguna ostia, otro credo,
Y una misma manzana.

domingo, 27 de junio de 2010

lunes, 21 de junio de 2010

La pescada se retuerce dentro de mí,
Hace temblar mis labios sin verso alguno.
Quiere decirme que no soy yo quien está al mando.
Yo le digo que para llegar al otro mundo
¡Hay que soltar el mango!

El control es la posesión de los que temen.
Lo más bonito del abrazo es también dejar de darlo.
El mundo se llena de especímenes y carros
¡Hay que cubrir el campo!

La música viene de arriba, Allí hay que ponerla.
Para elevar el mismo espíritu
¡Hay que exorcizarlo!

jueves, 10 de junio de 2010

El sentimiento es guerra

La camisa aprieta, no digo nada.
Como en el ventilador de la CPU,
La energía se pierde entre el calor y el polvo.
Ya no fuiste más de carne ni de risas.
Estás aquí en la intermitente presencia de la electricidad.
No quiero decir mucho, es mejor irse o morirse.
La celda está abierta pero no me quiero ir.
El frío empuja, el calor orienta.
La distancia me reitera que soy yo,
El que nunca está,
El que está ausente y disimulado.
Pero la camisa aprieta y yo no digo nada,
Para no levantar el polvo de la CPU,
Para no perderme de tu intermitente presencia,
Para seguir viviendo con la puerta abierta
Y verte pasar en nube roja
Mientras el sentimiento es guerra.
Quiero cazar moscas con una olla en una mano y la tapa en la otra.
Hacer estallar el universo en superfluos de bulla y bulla
Lavarme las neuronas de sensatez y lógica
Y correr despavorido de locura y risa por las calles.

¡Ya he atrapado una!
¡tling, tling, tlang!