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La utopía o la insoportable permanencia de la vida. Hay cosas a las que no podemos renunciar por más desesperanzador que sea el panorama, aún en el descrédito absoluto de lo humano. Salirse de órbita es una posibilidad recurrente del calendario y el imaginario es más poderoso que cualquier situación. La vida es real dicen, pero qué tan real es la banda que sostiene el instrumento con el que se ejecutan los sueños de un ser complejo. Qué tan reales son los signos y símbolos de una sociedad no sólo de contrastes sino también contradictoria. No hay intención de escritos profundos ni concienzudos. Este es un espacio de collage y de relación; no con los otros, no por lo menos de esa manera de mensajes y contactos; con el objeto sí, con el reducto talvez, mientras la vida sigue y es relación.


lunes, 28 de junio de 2010

los sapos de la bañera

Los sapos de la bañera me esperan
Cargados de veneno a endulzar mi descanso
Mientras tú viajas a la tierra que soñaste
A un trance verde, colectivo y tóxico,
Como los sapos en la bañera,
A purgar y a preguntar
Por dónde ir, a quién llevar,
Para que nos vaya bien,
Como en todas las religiones,
A bendecir y a limpiar
Ese cuerpo contaminado,
Con alguna ostia, otro credo,
Y una misma manzana.

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